[Reseña / Opinión] Ikiru (Vivir)

 

Japón, 1952

"Oh... Que hermoso, realmente hermoso. Llevo 30 años sin contemplar una puesta de sol, pero ya no tengo tiempo para esto..."

En mi afición -y amor- por el cine, me he dado cuenta que no soy una espectadora común de este arte. Si me preguntan por películas archi conocidas como "El señor de los anillos", " Harry Potter" o "La guerra de las galaxias", la verdad es que no he visto ninguno (Harry Potter la primera y no me gustó, quizás porque el libro no me gustó...). Así que es común que la gente me responda "¡pero cómo no has visto El Señor de los Anillos!"... Esto me ha hecho pensar, si bien no en Harry Potter ni el Frodo, si en que muchas veces dejamos de lado ciertas películas por los prejuicios que tenemos con ellas. En mi caso no he visto ninguna saga porque me gusta ir contra la corriente, así de simple y lo admito. Y no es que yo diga "quiero en contra de la corriente" se me da natural jajaja. Así que pensando y pensando en que alguna vez vi esa maravilla llamada "Sucedió una noche" hace ya tanto tiempo, y que en general al cine asiático clásico, no le he dado ninguna oportunidad, justamente por los prejuicios, pues es que decidí investigar alguna película que sea importante para el cine del continente... Y así fue como llegué al director Akira Kurosawa, que es uno de los directores japoneses más legendarios, así que es fácil encontrar como lo alababan hasta más no poder. Como este director tiene entre sus obras algunas que simpemente no me llamaban la atención por lo bizarro del argumento (muy común en el cine japonés), decidí irme por algo más cercano a la realidad y así fue como llegué a Ikiru, que según dicen los entendidos, es una de sus mejores películas y hasta quizás la mejor. Y sí, me he gastando toda esta introducción para explicar como llegué a esta película, pero quería llegar al punto en que es por este tipo de obras que amo el cine, por este tipo de obras que el séptimo arte existe. Y que cada espectador debe buscar lo que más le mueve, porque el cine se vive y se siente, aunque estemos frente a una pantalla.

Vamos con el argumento: 

"Kanji Watanabe es un viejo funcionario público que arrastra una vida monótona y gris, sin hacer prácticamente nada. Sin embargo, no es consciente del vacío de su existencia hasta que un día le diagnostican un cáncer incurable. Con la certeza de que el fin de sus días se acerca, surge en él la necesidad de buscarle un sentido a la vida"(FILMAFFINITY)                                                                            

 Ikiru es una obra que se sucitó en la época posterior a la segunda guerra mundial, que todos sabemos no fue la mejor época de Japón. Aún así, nos representa a una nación llena de cambios, más libertades de pensamiento, vida nocturna y un reinante sector de la sociedad nipona, así como el sistema burocrático. Quizás porque los japoneses siempre han sido orgullosos y no creo que sea fácil encontrar una película que nos hable sin tapujos de los horrores sufridos y los horrores cometidos, así como de sus consecuencias. Es por esta razón que Ikiru se ha convertido en una obra tan importante y que trascendido hasta el día de hoy. En una obra que ha mostrado sutilmente y de la mano de su personaje protagonista,el renacer de un pueblo que tuvo que seguir adelante después de una época tan díficil. Probablemente algunos verán esta película y se preguntarán "¿dónde está el mensaje de renacer de una nación?", ya que se enfoca en un protagonista y de ahí no pasa a hacer más que otra película de una persona que descubre que está enfermo y nace en él un repentino amor por la vida, pero para ver esta obra, hay que estar atento a todas esas sutilesas.

Sutilesas como una critica severa a la burocracia del momento, a los cambios que está viviendo la nación y sobre todo al estilo de vida reinante. Sabemos que Japón es una de las naciones en donde más se trabaja en el mundo, en donde hay más suicidios de trabajadores y estudiantes, debido a las altas exigencias, y esto viene desde mucho antes. Así que con esta película, Kurosawa decide hacer una critica a sus compatriotas y a las clases sociales más ricas que sólo se manejan por el dinero, el trabajo y por mantener las buenas apareciencias, a los trabajadores del sector público que han perdido su amor por el trabajo y por ayudar a las personas, y así mismo, nos ha querido hacer una critica a nosotros, a los espectadores, a todo aquel "muerto viviente" que se cruce con esta bella obra. Una critica que es capaz de llegar a cualquier persona, en cualquier parte del mundo.

La historia en concreto nos habla del señor Watanabe, un burocráta que se está acercando poco a poco a la vejez y que trabaja día tras día sin despegarse de su escritorio, que nunca ha faltado al trabajo y que siempre ha luchado por la felicidad de su hijo, con quien comparte casa y que además está casado, pero no tiene hijos. Así sus días son rutinarios, no hay nada nuevo, no hay nadie con quien conversar, porque incluso su familia está sumergida en ese sistema demandante. Pero un día le diágnostican cáncer términal y su vida se viene abajo. Es ahí cuando dentro de él se vive el cambio y por primera vez en su vida es capaz de notar que está vivo. Watanabe empieza a hacer cambios en su vida y una llama se prende dentro de él, una que le insta a disfrutar y sobre todo a encontrarse consigo mismo. Y el viaje no será fácil, será dolorosos, retratado de una forma cruel y arriesgada por parte del director, pero sumamente impactante y capaz de generar contradicción. Capaz de generar cambio. Capaz de mantener la llama ardiendo, por muy pequeña que esté. Es una obra que nos deja un sentimiento de esperanza, a pesar de todo... Que incluso dentro de todo lo anterior que mencioné, nos enseña, de forma importante y abarcando gran parte de la trama, que las personas que deciden "despertar" y que incluso aquellos que están condenados a la muerte (bueno, todos, pero los que están conscientes de ello), son capaces de despertar en si mismo el sentimiento del amor, capaces de incluso en aquellas cirscunstancias, amar.

Voy a hacer sincera: cuando vi esta película me gustó mucho, no me aburrió y me hizo sentír un nudo en la garganta y una desolación impactante (porque nos habla de una soledad profunda, que si, nos toca), pero no fue hasta unos días que pude comprenderla completamente, quizás por mi falta de interés en la historia japonesa, más allá de la primera y segunda guerra mundial, como si en mi se hubiese perdido la historia de su nación a penas se tiraron aquellas fátidicas bombas atómicas, como si en mi interés por la historia, el japón post guerra no hubiese existido. Así como la historia de un hombre que descubre que va a morir y decide disfrutar sus últimos días al máximo, se convirtió en una obra llena de mensajes, sútiles y directos. Una obra que cada vez que pienso en ella, me siento contrariada, me siento triste y se me "pega" el tono nostalgico de su protagonista, pero tal como nos enseña, siento que esa llama, esa chispa que hay en mí, que mi amor por la vida, que mi entusiasmo por seguir aldeante, por disfrutar día a día, por amar, por mi familia, amigos, por vivir... por simplemente vivir, es un tesoro que nunca debo perder y que por muy dura que sea la vida y por mucho que cueste avanzar, no puedo, simplemente no puedo, dejar que se apague. 

Esta película es bastante larga y quizás en un punto una escena ya hacia el final, se vuelve demasiado tediosa y larga, pero es una de las más criticas y que más significado tiene dentro de lo que se nos quizo contar. Admito que incluso a mi, que me ha gustado la película, se me hizo tediosa hasta el final, y porque sabía la importancia de lo que se estaba diciendo, es que seguí tratando de estar despierta (como antecedente importante, me puse a verla a las 3 de la mañana... y por dos horas me mantuvo despierta, después como baja el ritmo, luché por despertar...). Eso sí, la escena final es simplemente maravillosa y me ha dejado pensando que las personas que dejan un legado después de su muerte son las que han vivido mientras vivían, las personas que murieron antes de tiempo, simplemente están muertas.

Quizás esta crítica, reseña, opinión, ha tenido un tono diferente, pero me sentí con la responsabilidad de mostrarles un poco más del contexto de la película, para que puedan verla y detectar todos los maravillosos mensajes que nos deja, y que cada uno la sienta como más le ha llegado, porque el viaje es personal (y nos lo dejan claro). Esos reveladores, impactantes y criticos mensajes, son los que han llevado a Ikuru a ser consideranda una de las mayores obras maestras del cine japonés de la mano de los directores más importantes no sólo de japón, si no del mundo. Si es una obra maestra o no, juzguen ustedes, para mi, entendiendo el año en que se desarrolla, el contexto y la alucinante interpretación de su protagonista (Takeshi Shimura) es una película alucinante. 

Por último, quiero decir que vivamos, amemos y sonríamos. La vida es tan corta, es tan frágil, pero está llena de belleza y sobre todo de esperanza. Y si ven la película me entenderán: ¡SEAMOS RADICALES! ¡No dejemos que se apague nuestra llama y dejemos un legado para que quienes se queden en nuestro lugar sigan manteniendo el fuego vivo! Quizás la próxima vez que nos subamos al columpio, lo hagamos con una gran sonrisa :D.

Imágenes:

*Lamentablemente no encontré la película en su idioma original y subtitulada, así que la vi doblada al castellano y con cariño así los lectores hispanos, la verdad es que el doblaje puede resultar un poco molesto para los latinos, pero al ser una película clásica, siento que verlo en castellano le dio una tonada "más clásica", no sé, es una apreción super personal jejejee...

Si alguien la encuentra en su idioma original, le ruego nos de el dato :D

Pueden verla aquí: 

http://vk.com/video202986168_167555659